septiembre 29, 2010

Quiero morir dignamente


En estos días mi abuela ha estado muy grave en la clínica. Su corazón ya sólo funciona al 35%; el cigarrillo generó en ella un Enfisema Pulmonar Obstructivo Crónico (EPOC) y le consumió los pulmones; la presión ya no se pone de acuerdo; y los demás órganos y tejidos (incluyendo la piel) están muy deteriorados a causa de la falta de oxígeno. La vieja a superado más de ocho operaciones de alto riesgo y de todas ha salido airosa, incluso salió caminando después de una intervención para salvarla de un aneurisma.

A pesar de todo esto la realidad es que hace 15 días la situación tocó fondo, sufrió un ataque cardiaco y los pulmones colapsaron. Los médicos hicieron lo posible por salvarla y extraordinariamente lo lograron. Ahora mi abuela está increíblemente consciente, a pesar de estar acostada en una cama; sujeta a un respirador artificial que entra por su tráquea y no puede hablar; las venas ya no soportan un chuzón más, las manos están moradas y tiene instalado un catéter para poder suministrarle los medicamentos y suero; está conectada a un monitor que mantiene vigilados sus signos vitales que se mantienen en el límite mínimo.

Ante esta situación he tomado una decisión, “quiero una muerte digna”. Amigos, si llego a estar en una situación en la que no pueda valerme por mis propios medios, si mi vida no puede sostenerse por sí misma, no permitan que me conecten a ningún aparato, no prolonguen mi sufrimiento y permítanme morir con tranquilidad.

Sólo espero el momento en que mi abuela pare se sufrir. Que se muera o que se salve, pero que no sufra más, que su desespero cese y que yo nunca me vaya a ver en esa situación. Quisiera saber qué piensa, qué quiere, pero todavía no he aprendido a leer la mente. No me queda más que esperar y llenarme de paciencia. La vida es para vivirla y no para sufrirla. Me despido deseando la mejor de las vidas para ustedes amigos míos, no desaprovechen un solo momento; besen mientras puedan, salten cuando les dé la gana, corran cuando quieran y no dejen nada para después; porque tal vez mañana no podamos estar.

julio 02, 2010

Se va el alma de “La Radio”

Juan Gossaín Abdallah, uno de los periodistas más laureados y reconocidos de la radio colombiana anunció su retiro la mañana del miércoles 30 de junio a través del micrófono frente al cual estuvo durante 27 años. Su decisión nos llena a algunos de soledad y nos revive la admiración que tenemos por él. Es una gran pérdida para el medio, pero una delicia para él, quien ahora trabajará por gusto más que por devoción y que podrá dedicarse a una labor más contemplativa que apasionada.

Gracias don Juan por la información, la ética, el respeto y la cercanía de su voz. Aunque fui su oyente ocasional y descuidado, me declaro su alumno, porque con sus editoriales, comentarios y la forma de entregarnos las noticias nos enseñó cómo hacer periodismo responsable y elegante, con pasión, pero sin desmanes.

Según dicen usted se nos va para la academia a instruir a los periodistas y a entregar más de cerca eso que usted sabe. ¡Qué delicia sería ser su alumno! Le deseo el mejor de los descansos y el mayor de los disfrutes de su vida, de las letras, la familia, los amigos y la calle.

Buen viento señor Gosaín y mucha felicidad.

Carlos Chalarca

junio 03, 2010

Una niña llamada Democracia

El pasado 30 de mayo Colombia pasó por una de las pruebas democráticas más importantes de la historia. Se enfrentaron en elecciones democráticas los partidos tradicionales, el oficialismo, la izquierda y las fuerzas independientes.

El oficialismo arrasó con su candidato Juan Manuel Santos y los independientes del Partido Verde dieron una gran pelea en segundo lugar, pero no alcanzaron los resultados esperados.

Los perdedores

Los más golpeados fueron los partidos tradicionales, quienes, a pesar de su trayectoria, se quedaron sin maquinaria, la cual se fue detrás del oficialismo.

Otros perdedores fueron quienes se inscribieron por movimientos ciudadanos, ellos no alcanzaron un número significativo de votos. Desde el principio estaban desahuciados.

Finalmente los grandes derrotados fueron los medios de comunicación y sus firmas encuestadoras, no dieron pie con bola. Nadie esperaba que pasara lo que pasó y muchos verdes hoy andan con la moral baja y otros con la esperanza de un triunfo en la segunda vuelta del 20 de junio.

Los ganadores

Imposible evitar la obviedad: Santos golpeó fuertemente a sus contendores (sobre sus métodos me guardo reserva), por poco y se les escapa en la primera vuelta.

Otro personaje para destacar fue Germán Vargas Lleras, quien implementó la mejor campaña publicitaria y una contienda limpia, sin ataques, con claridad y con exposición de ideas. Nadie esperaba una votación de este tamaño para él, pero lo logró hablando transparentemente con la gente y haciendo que muchos cambiaran de opinión en la última semana.

La Registraduría dio una muestra de eficiencia insospechada. En tiempo record la entidad entregó resultados en lo que se convertiría en el preconteo más rápido de la historia. No obstante yo los invitaría a revisar el método de las elecciones parlamentarias, si hay que volver a las fotos, volvemos.

Finalmente la gran ganadora fue la democracia, esa muchacha fea e inteligente, de la que todos hablan, pero que nadie baila con ella. Pues esta vez la niña salió muy organizada y bonita y ganó, por eso debe estar feliz ella y los que dependemos de ella. Un aplauso para los abstencionistas y primerizos que vencieron la indiferencia.


Por el momento no nos resta sino esperar al 20 de junio. Por mi parte seguiré creyendo en los ideales del Partido Verde, ese equipo conformado por Mockus (de mis afectos desde 1998), Lucho, Peñaloza y Fajardo (no tan de mis afectos), pero que tienen buenas ideas. Representan la honradez y la transparencia que Colombia necesita.

Nos vemos en las urnas, todos a votar por el que les dé la gana. Al menos de esa manera uno puede dormir tranquilo.

Resultados de las elecciones aquí.